Solidaridad femenina más allá de las fronteras



La cuarentena se prolonga y las semanas dentro de los hogares se acumulan, también los deseos de encontrarnos físicamente y de volver a movernos con libertad. Sin embargo, podemos elegir dirigir nuestros pensamientos yendo más allá del umbral de la propia casa y también de las fronteras estatales. Ampliemos la mirada, pensemos en las condiciones actuales de las mujeres inmigrantes. Ellas llevan en sus espaldas largos períodos de libertad obstaculizada y de violencia por parte de los Estados, y el cierre criminal de las fronteras a causa de la pandemia recrudeció su situación, profundizando incertidumbres y temores. Miremos sino lo que ocurre actualmente con la alianza expulsiva antihumana entre el gobierno “de izquierda” de López Obrador en México y el fascista de Trump en EE.UU.

Actualmente, muchas mujeres se encuentran en campos de refugiados y en condiciones deplorables, como denuncian distintas organizaciones humanitarias. Ubicados en las fronteras de los países más poderosos, los campamentos de Ciudad Juárez y Matamoros en México, de Moria y Samos en Grecia, y los centros sirios y palestinos en el Líbano albergan a millones de personas, más del 50% son mujeres y niñas/os. Ellas deben enfrentar aún más peligros que sus compañeros de viaje: intentos de secuestro por parte de las mafias, abusos, violaciones, e incluso muchas se vuelven víctimas de las redes de prostitución de la que se enriquecen proxenetas, traficantes y fuerzas de seguridad. La situación para aquellas que lograron pasar los muros también es muy riesgosa. Imaginemos hoy el miedo que puede provocar a una mujer contraer el Covid-19, estar indocumentada y no poder acceder a un hospital por el peligro de deportación para ella y los suyos. Sin embargo, la búsqueda de una vida mejor y más libre para sí mismas y sus seres queridos no se detiene. Incluso, muchas de ellas, son las principales organizadoras de la vida cotidiana en los campamentos de frontera.

La solidaridad entre mujeres es un recurso fundamental para que las voces de las que más sufren se hagan escuchar. Reconocerse en las mujeres inmigrantes, contra todo racismo y discriminación, es fundamental en la búsqueda de la libertad femenina. Por eso rechazamos los nacionalismos y el “latinoamericanismo” que proviene del feminismo burgués y peronista. Nos sentimos activamente hermanadas con las mujeres del mundo, empezando por todas aquellas que reaccionan y luchan por su libertad y por una vida mejor para sí y para los demás.

Cecilia Buttazzoni, por la Coordinación del CAF