El problema es la horma de tu zapato


El artículo escrito por Roxana Sandá, publicado en el suplemento Las 12 del 04/09/2021, titulado “Cómo levantar la voz por las propias afganas, sin tapar su propia voz” cuestiona la consigna “somos todas afganas” que circuló en las redes sociales frente al peligro que representa el regreso del régimen talibán. La autora critica a quienes la replican por querer “ponerse en los zapatos de esa mujer víctima y reprimida”, ya que según ella, sería un acto de prepotencia que responde a “un discurso feminista liberal, hegemónico, euroblanco y heterosexista”. ¿Sabrán las infames racialistas que ponerse en el lugar de quien sufre es un recurso profundamente humano y positivo? ¿Sabrán que sin ese vital movimiento empático, mental y sentimental, la solidaridad femenina sería impensable? Sí, lo saben. Y le tienen tanto terror a la unión entre mujeres que escriben estas barbaridades intentando obturarla. Nosotras tratamos de ponernos en los zapatos de las afganas, kurdas, norteamericanas y las demás. Pero, evidentemente, a las negacionistas queer y a las racialistas no les da la talla.

S.M.

Publicado en Comuna Socialista 63, septiembre 2021