Justicia para Úrsula Bahillo: No hay que confiar en el Estado, juntas nos vamos a defender - 17/2 - Tribunales, 17 hs (Lavalle y Uruguay)

El lunes 8 de febrero por la noche Úrsula Bahillo fue asesinada por su expareja Matías Martínez, un oficial de la policía bonaerense. Lamentablemente la gran cantidad de denuncias que realizó no fueron atendidas, como suele suceder. Impunidad y complicidad fue lo que expresaron la policía y la justicia. Entre ellos se protegen: reprimieron las manifestaciones de las amigas y vecinos que pedían justicia y al agresor le dieron licencia psicológica (¿nos resuena el caso de Alperovich?). El cinismo y la hipocresía de Sergio Berni se hicieron presentes, tratando de simular preocupación cuando en realidad ha demostrado siempre una gran desidia por la vida de las mujeres y de los más humildes. La desfachatez de la flamante ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta, es inaceptable: declaró que “hay un Estado que dice basta” mientras que, en lo que va del año, ya hubo más de 44 femicidios y nada se ha hecho para detenerlos. El asesino de Úrsula tiene denuncias anteriores por violencia de género contra otras mujeres que nadie escuchó, que nunca nadie atendió. Rayano a lo cruelmente absurdo, la autorización para el botón antipánico llegó una vez que ya estaba muerta. La sucesión de irresponsabilidades llevada a cabo muestra una vez más la cadena de complicidades patriarcales que caracterizan a todas las instituciones estatales. 

Quienes estuvieron junto a Úrsula fueron sus amigas y conocidas que le dieron coraje para dejar a su agresor y denunciarlo, que intentaron sostenerla y acompañarla frente a las permanentes prepotencias y amenazas de Martínez. Hoy son ellas, también, las que están suscitando una reacción solidaria en muchas personas, en la localidad de Rojas y más allá, para combatir la impunidad y pedir que se haga justicia.

La violencia patriarcal es por la necesidad de controlar y negar la vida de las mujeres, es una reacción contra su libre afirmación. Desde hace más de 160 años algunas pioneras comenzaron a identificarla y a batallar por su integridad y su libertad. En Argentina el 2015 abrió una nueva posibilidad, porque empezamos a darnos cuenta de que a la violencia patriarcal podíamos enfrentarla contando con otras mujeres, que la solidaridad y el protagonismo femenino pueden ser recursos preciosos, los mejores, para vivir una vida más digna y segura. Comprometernos para tejer redes estables de mujeres solidarias es la mejor manera para cuidarnos, para hacer crecer nuestra conciencia, para ser más libres, para ser siempre independientes de los Estados y sus instituciones. ¿Pero qué significa? Entre otras cosas, interrogarse juntas sobre la paciencia y tenacidad que se necesita siempre (y más aún en este contexto de extrañeidad) para conocer a las personas y enamorarse. Quiere decir aprender a escuchar y confiar en las mujeres que nos rodean, apoyarlas y acompañarlas cuando denuncian a sus agresores, desafiando la competencia y la desconfianza en la que nos educan desde que nacemos. Significa aprender a mirar con atención en las calles, en los lugares de trabajo y estudio para que ninguna mujer se sienta sola, para poder ver las señales de violencia, pero también las muestras de solidaridad. Quiere decir valorar siempre el coraje que expresan las mujeres que están buscando afirmar una vida mejor, como lo hizo Úrsula. Las compañeras del CAF te invitamos a ser protagonista de colectivos de mujeres estables independientes y solidarios: valores indispensables para afirmar la libertad de las mujeres y, por lo tanto, la de todos.

¡Justicia por Úrsula Bahillo!

Basta de femicidios: solidaridad femenina para enfrentar la violencia patriarcal

Construyamos colectivos de mujeres independientes y solidarios

¡La libertad de las mujeres es la libertad de todos!


Círculo de Amigas Feministas

 

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