Redes: ¿Humanas o virtuales?
Por Ana Calvo, Colectivo jóvenes (CABA)
En el último Colectivo de Jóvenes nos reunimos para reflexionar acerca del artículo “¿Estás dispuesta? Yo lo estoy” de Sara Morace y el artículo “Las redes humanas son mejores” escrito por Ana Gilly. Fue una reunión hermosa, súper interesante y llena de debate ya que crecimos con las redes sociales durante nuestra adolescencia y son la manera que tenemos de conectarnos en este contexto de cuarentena. Además de compartir experiencias propias, pudimos expresar nuestra preocupación acerca de cómo ahora los niños y niñas están creciendo rodeados y rodeadas de esta virtualidad, sin saber en lo que se meten y sin tener control de lo que consumen. Hablamos de que estaría bueno humanizar los sentimientos en vez de virtualizarlos, ya que viendo cosas como las historias (que cada vez son más complejas y nos atrapan más) creemos que ya sabemos cómo se sienten las personas al otro lado de la pantalla, pero la verdad es que todos y todas queremos que nos pregunten cómo estamos realmente.
Las redes sociales se están transformando y cada vez somos más esclavas de ellas, buscamos aprobación e información (casi siempre no certera) y, es más, somos nosotras las que se la brindamos. Por ejemplo, Delfi habló sobre la nueva modalidad de marketing que utiliza nuestros datos violando la privacidad o aprovechándose de la ignorancia de la gente cada vez que da un clic en “términos y condiciones”. Las redes sociales se nos fueron de las manos tanto que Abru también contó de nuevas aplicaciones en las que las mujeres de todas las edades pueden vender sus fotos “hot” a personas que no conocen. Hablando y reflexionando, llegamos a concordar que lo mejor sería desintoxicarnos lo más posible de las redes sociales y apoyarnos entre las mujeres, no solo las de nuestro entorno sino todas las que sean posibles; y saber qué nos pasa a todas, ya que la fuerza, como bien se vio en este increíble colectivo y como menciona Sara en su artículo, nos la damos las mujeres, no las redes sociales. ¿Cómo se expresa la solidaridad directa en las redes? ¿A través de un me gusta o un compartir? ¿Cuánto nos ponemos en juego? Podemos empezar a utilizarlas con más prudencia sin olvidarnos nunca que nos controlan y que, en cambio, no las controlamos. Sin embargo, el proyecto del CAF es diverso, apostamos a la construcción de redes humanas de solidaridad directa para que, como dice Sara Morace: “Ninguna mujer se sienta sola en el mundo y sepa que cada día y en cualquier lugar podrá confirmar ‘estar’ para otras que se lo piden y que se lo dicen a sí mismas porque escuchan su respuesta y eso las fortalece.”
¿A qué llamamos libertad?
Por Ana Chuit, Colectivo jóvenes (CABA)
En el último colectivo nos reunimos para reflexionar alrededor del artículo
“¿Libertad o paridad?” de Ana G. publicado en este blog. Libertad femenina es
un concepto presente en el Manifiesto del CAF, con el que estamos familiarizadas,
pero es de una complejidad inmensa. ¿Qué es la libertad para las mujeres? ¿Su
búsqueda representa la paridad con el género masculino? Sin renunciar a ciertos
derechos elementales, la respuesta es no. Nuestra búsqueda plantea un
reconocimiento del género femenino como parte fundamental de la humanidad, en
pos de una mayor libertad para todos y todas. Queremos reivindicar las
cualidades positivas femeninas, y no equipararlas a las masculinas; porque son
ellas las que permiten el cuidado de la vida, las que pueden influir
positivamente a personas disponibles, para vivir mejor sus relaciones, su
sexualidad, su sentimentalidad.
La libertad para las mujeres requiere de independencia institucional, cuanto
más independientes seamos, más fuerte será nuestra lucha. Para el Estado, la
libertad de las mujeres no es una prioridad. Nos han convencido de que lo
máximo a lo que podemos aspirar son respuestas académicas y formales de leyes
complacientes. Ese debiera ser el piso, esos son parches a problemas históricos
que necesitan soluciones de raíz. No queremos decorar las cadenas, queremos
romperlas. Por ello, la búsqueda de libertad empieza entre nosotras mismas,
este no es un camino sencillo, pero si grato. Buscamos que cada una pueda
reconocer sus capacidades beneficiosas, su fuerza, para orientarlas así conscientemente.
La libertad debe ser pensada, para que no sea algo que simplemente nos suceda,
buscamos ser protagonistas de su desarrollo en cada una de nosotras, para así
inspirar a nuestras compañeras y a otras mujeres, a hacer lo propio.
Deseos de libertad: ¿Cómo queremos vivir las relaciones y afrontar los celos?
En el último colectivo leímos el artículo “La libertad de las mujeresdepende de las mujeres mismas” de Sara Morace y Dario Renzi, que nos sirvió como puntapié para continuar la reflexión sobre cómo queremos proyectar una libertad e independencia femenina no solo de las instituciones, sino también de las concepciones patriarcales que durante mucho tiempo nos fueron impuestas. Elegimos conversar, en esta oportunidad, sobre cómo nos gustaría vivir el amor y nuestras relaciones, partiendo también de los textos “Vivir el amor, elegir la libertad” de Carla Longobardo, y “Mezquinos y estúpidos celos”, de Sara Morace.
Realmente fue una conversación increíble en la que sentí que todas nos entendíamos mucho, me sentí muy acompañada. Casi todas planteamos lo difícil que nos resulta superar la relación patriarcal entre el amor y la posesión, pero al mismo tiempo las ganas que tenemos de poder transitar nuestras relaciones de una manera mucho más libre, sabiendo lo benéfico y positivo que puede ser tanto para nosotras como para las personas con las que nos relacionamos.
Mila habló de la importancia de poder pensar al amor relacionado con la libertad para ir más allá de las formas de las relaciones. Por ejemplo, la monogamia puede ser una elección positiva en el caso de que esa sea la forma en la que nos queremos relacionar y no necesariamente un límite o una restricción. Así como en una relación poligámica se pueden reproducir concepciones posesivas.
Sin dudas, es un tema que no está para nada cerrado, pero me encantó empezar a charlarlo entre mujeres que transitan las mismas contradicciones y los mismos deseos de libertad, y de las que aprendo siempre un montón.
El proyecto contra las violencias presentado por Gobierno “es un nuevo intento cabal de profundizar la cooptación insitutucional –ya en curso– del movimiento de mujeres”. Así comienza el artículo titulado “Plan nacional de negación y cooptación el protagonismo femenino”, publicado en este blog, sobre el cual intercambiamos en las diferentes reuniones de colectivos del CAF. ¿Poqué deberíamos delegar nuestro “cuidado intergral” en las instituiones estatales, siempre patriarcales?¿Qué valor tiene la independencia en la búsqueda de libertad? ¿Y qué significa ser independientes?¿La solidaridad entre mujeres puede ser un camino genuino? Delfi, del Colectivo de jóvenes, y Maite, del Colectivo de Chacarita, comparten con nosotras sus reflexiones.
Buscar la fuerza juntas
Por Delfi, Colectivo de jóvenes (CABA)
Si me hubieran dicho que este espacio me podía cambiar
la vida, no sé si me lo hubiera
creído. Hoy puedo asegurar íntegramente que está sucediendo. Es imposible ver
las cosas de la misma manera después de escuchar y siempre aprender algo nuevo
con cada una de las chicas. Pensar en positivo cambia vidas. El pasado
colectivo sentí más que nunca que
nuestra idea de una sociedad inspirada en la mirada feminista, en busca de la libertad
partiendo de la solidaridad, es la ilusión y esperanza inmejorable para la
humanidad. Leímos la nota: “Plan nacional de negación y cooptación del protagonismo” de Ana Gilly, quien
una vez más, con suma claridad, logró exponer el mecanismo de la política. La
figura del peronismo, que históricamente ha logrado
imponerse como “posible solución”, mientras que esquivan
responsabilidades. No es novedad que
detrás de los discursos demagogos, hay ambición de poder como sustantivo,
cifras, votos. Palabras vacías que intentan evadir problemas, impidiendo su
profundización, y ensañándose con quienes realmente están interesadas en un
cambio. Nos propusimos buscar la manera de responder a este desinterés: guardando y valorando nuestra independencia,
guía del camino del bien, donde nos encontramos del lado de las mujeres y no
peligra nuestra libertad. ¿Cómo conformarnos con lo menos malo cuando implica el incesante padecimiento de la
mayor parte de la humanidad? Queremos una vida radicalmente distinta que
descarta absolutamente los estados
patriarcales, donde comprendemos nuestras potencialidades como sociedad, sin
necesidad de controlar y obedecer. El objetivo es una vida benéfica, una vida
distinta. La realidad es que con las chicas pude entender que no hay tal cosa
como la nueva política, hay feminismo y juntas nos vamos a defender.
La independencia de las mujeres
Por Maite Fernández Sanders, Colectivo de Chacarita
Cuando se nombraba la palabra “independencia” en
casa, la primera aproximación siempre fue referida al sentido económico. Adopté
la creencia de que ser “independiente” significaba alcanzar mi independencia
económica y así liberarme de ciertas condiciones que ponían mis padres,
sentirme “libre para decidir”. En esta sociedad donde aprendimos la
“Dominación” como algo normal de una persona sobre la otra, el “dinero” es uno
de los medios para ejercerla, y lamentablemente se manifiesta a nivel global
como también en muchos núcleos familiares. De a poco, fui caminando y
deconstruyendo esta cuestión únicamente ligada al sentido económico. Pienso, ¿cuántos
pactos y acuerdos con condiciones “semi-ocultas” fui aceptando y manifestando
dentro de mi vida individual a lo largo de tantos años donde existía falta de
claridad en lo que significaba ese pacto? Esos pactos que ocultan la “letra
chica”. Te doy “esto”, pero en realidad quiero que vos también me des; te doy
“aquello”, pero en realidad quiero tu apoyo, te doy para sentirme bien; te digo
esto, pero en realidad mi intención es otra. Podemos ver esto muy claro en el
artículo que compartimos con las compañeras del CAF sobre el “Plan Nacional sobre las violencias con motivo de género” impulsado por el gobierno, que en
principio parece una acción positiva, pero que detrás guarda muchas “letras
chicas”.
Me pregunto: ¿cuál es el real sentido de nuestras
acciones? ¿Qué es lo que estamos buscando? ¿Cómo podemos empezar a generar un
cambio en nosotras mismas que nos lleve a tomar decisiones dónde tengamos
claridad con respecto a lo que elegimos y ante todo sentirnos en libertad? Lo
primero para mi fue empezar a sentirme, escuchar lo que pasa adentro mío, esas
incomodidades que reflejaban que algo debía y debe cambiar, transformarse.
Escuchar a otras mujeres, practicar la autorreflexión, sentirme escuchada,
preguntarme ¿quién quiero ser? ¿Hacia dónde quiero dirigir mis acciones en la
vida? ¿Cuál es mi rol como mujer en la sociedad? Empezar a construir un
pensamiento propio y colectivo basado en objetivos claros, donde puedo tomar
más fuerza y ser más firme con respecto a lo que dejo entrar en mi mente, en mi
cuerpo, en mi sentir, de esta forma empiezo a ver que la independencia fue
mucho más allá de esa primera aproximación “económica”, una independencia de
pensamiento y acción basada en la escucha, reflexión y apoyo entre mujeres, que
nos preguntamos y creemos que otras formas son posibles, otras formas ligadas
al bien común y la libertad de todos.
A pesar de encontrarnos distanciadas físicamente y de estar atravesando un difícil momento de la pandemia, las mujeres de los colectivos nos seguimos reuniendo virtualmente. Desafiando las distorsiones tecnológicas y la sensación de falsa comodidad, reflexionamos sobre nuestras búsquedas más profundas. La propuesta en esta ocasión fue pensar alrededor del artículo de Sara Morace y Dario Renzi titulado “La libertad femenina es el poder de mejorar la vida”, publicado en este blog. Aquella libertad que anima la emersión femenina en todo el mundo y que es vivida –tendencialmente– de manera expansiva y cada una declina de manera particular. La propuesta fue detenernos en los claroscuros de esta idea e intentar rastrear cómo la vivimos en primera persona.
Redescubrirnos juntas
Por Candela A., Colectivo de Jóvenes (CABA)
En el último colectivo reflexionamos sobre el artículo “La libertad de las mujeres es el poder de mejorar la vida” escrito por Sara Morace y Darío Renzi publicado en el blog del CAF. Una reflexión muy linda que salió del texto fue pensarnos como madres de la especie. Entendiéndolo no solo como ser madres biológicas o como una obligatoriedad impuesta sino como aquella elección que solemos tomar las mujeres hacia el bien cuidando de los otros y la vida, así como la posibilidad de construir relaciones más honestas, empáticas y amorosas con los y las demás.
También reconocimos la dificultad que se nos presenta como mujeres para poder expresar libremente nuestra sexualidad, nuestros deseos, nuestra sentimentalidad y que no casualmente es obstaculizada y censurada. En particular, hablamos sobre cómo la sensibilidad que tenemos tendencialmente como género femenino viene distorsionada e interpretada como debilidad cuando en realidad se trata de una capacidad positiva que nos ayuda a relacionarnos con los/as demás y que nos puede hacer más felices. Pensamos en cuánto mejor nos hace y puede hacer rastrear en cada una de nosotras nuestras cualidades más benéficas y orientarlas como nosotras lo deseemos en vez de reprimirlas y menospreciarlas tal como el patriarcado quiere. Es una tarea difícil pero por suerte estamos juntas en el proceso, conociéndonos y aprendiendo la una de la otra.
Libertad femenina, creatividad compartida
Por Victoria, Colectivo Evelyn Reed
Tras la lectura del artículo “La libertad de las mujeres es el poder de mejorar la vida”, Cecilia nos propone reflexionar acerca de cómo esas ideas impactan de manera personal en cada una de nosotras. En mi vida, tienen una fuerte presencia la niñez y la música, y con ambas me vinculo por medio de la creatividad. De mi búsqueda de la libertad por medio de la creatividad, resultan vínculos con las/os niñas/os y con la música cada vez más auténticos y gozosos. El intercambio con otras mujeres potencia estas búsquedas: mis pasiones, mi sensibilidad y mi amor por las niñas y los niños, crecen y me hacen más libre en la medida en que la reciprocidad con otras aparece. Del mismo modo ocurre con el recorrido como madre desde que nació mi hija, hace ya 15 años: hoy puedo repensar la maternidad con lealtad a mis ideas y sentimientos y, por lo tanto, practicarla con mayor libertad y felicidad. Puedo reconocerme en mi género como madres de la especie y desde tal reconocimiento repensar esta afirmación en un vínculo fundado en el amor a la niñez y a la naturaleza y, por tanto, a la vida, y ejercerlo cotidianamente. Así es que en la práctica encuentro que el ejercicio de la creatividad, de mi labor cotidiana, de la maternidad, es lo que me acerca a la libertad como poder para mejorar la vida. Buscar la libertad de la mano de la creatividad me provee los medios para expresar lo que encuentro cuando exploro los recovecos de mi mundo interior, al hallar mi propio sonido, mi palabra, al inventar el juego de la ternura y del amor maternal y al darme la posibilidad de compartir lo que expreso con mis hermanas y así acercarme también al interior de sus propios mundos.
8 de julio
Nuestro compromiso feminista tiene un principio y un horizonte claro: la libertad de las mujeres es la libertad de todos. Es esta búsqueda de libertad femenina la que nos impulsa a unirnos solidariamente con otras mujeres para empezar a pensarla, a experimentarla, compartirla y, también, a defenderla. El patriarcado ataca y busca obturar esta exigencia profunda. Lo hace a través de la violencia sistemática, pero también a través de engaños y trampas que aportan confusión en el camino. Ese es el rol que hoy están jugando AMMAR y el gobierno peronista. Así lo intentamos explicar en el artículo “AMMAR y el gobierno: Una alianza patriarcal” publicado en este mismo blog. Un texto que animó las reflexiones de las últimas reuniones de los colectivos del CAF y que te damos a conocer a través de las voces de sus protagonistas.
Sexualidad, integridad
Por Abru, Colectivo de Jóvenes (CABA)
A partir de la nota escrita por Cecilia y Ana, en la última reunión de colectivo debatimos acerca de lo que representa para nosotras la prostitución y su intrínseca alianza con los Estados. Surgieron muchas inquietudes acerca de cómo pensamos al abolicionismo en cuanto a las mujeres que hoy en día se encuentran en situación de prostitución y que sufren sus consecuencias, como por ejemplo ser excluidas del sistema de salud. Sin embargo, estuvimos todas de acuerdo en que no se puede pensar nunca a la prostitución ligada con la libertad de la mujer, como sostiene el reglamentarismo.
Charlar acerca de este tema también nos abrió la puerta a reflexionar sobre nuestras propias experiencias. Particularmente, sobre cuánto nuestra sexualidad estuvo influenciada en mayor o menor medida por los ideales patriarcales y machistas, que históricamente nos han impedido a las mujeres expresarnos con plenitud en ese ámbito y que ahora intentan infiltrarse dentro del movimiento feminista con el discurso de AMMAR.
Chuli destacó la importancia de poder afirmarnos en lo que sí queremos, yendo más allá de nuestro rechazo a la prostitución: no la aceptamos como una opción digna porque queremos vivir una sexualidad que esté conectada con nuestra sensibilidad y con nuestra integridad, con la empatía por la otra persona, con nuestro deseo y nuestro goce. Sabemos que esto es posible, y también sabemos que la elección es nuestra.
Interrogantes en la búsqueda de dignidad e integridad de las mujeres
Por Griselda y Tatiana, Colectivo Evelyn Reed
Esta vez nos reunimos para reflexionar sobre el inmenso drama humano de la prostitución que somete a explotación y violencia a las mujeres, realidad que el reglamentarismo oculta bajo el rótulo de “trabajo”. Defendemos la dignidad de cada mujer y su libertad de elegir sobre su vida, sus relaciones y sentimentalidad, sin que deba escindir su cuerpo de su mente, a lo que sí la obliga la prostitución.
Estas ideas nos hacen preguntarnos si es posible pensar una sexualidad alternativa a la patriarcal –que está reducida a la genitalidad– y cómo debería ser para que nos haga sentir más íntegras y plenas. También nos preguntamos sobre el modo y duración en el que construimos nuestras relaciones, en los que vemos como necesaria la profundización del conocimiento mutuo más allá de simples afinidades superficiales. Esto nos permite ser más conscientes de los motivos de atracción o rechazo de nuestros vínculos, verificando –o no– nuestras primeras intuiciones, y profundizando la razón de nuestras elecciones, intentando superar el moralismo que fomentan las Iglesias y los Estados.
En los colectivos del CAF, reflexionamos y ensayamos juntas y solidariamente posibles respuestas a estos interrogantes, queriendo afirmarnos como mujeres libres e independientes de toda tutela patriarcal.
Preguntas, protagonismo y despertar en la sexualidad femenina
Por Luciana Bacigalupo, Colectivo Chacarita
En esta última reunión del colectivo, he encontrado junto a mis compañeras nuevas reflexiones sobre mi protagonismo y libertad en la sexualidad, también sobre el rol del Estado en la prostitución. Son dos temas que atraviesan la sexualidad del género femenino. La prostitución es un flagelo para la humanidad y responde a los intereses patriarcales y nosotras queremos tener una mirada femenina de la sexualidad.
Discutiendo sobre el valor y la conexión del cuerpo y la mente de las mujeres, nos surgen temas que hemos hablado –allá lejos en nuestra adolescencia– pero que después, gracias al aplastante patriarcado, muchas hemos dejado dormidos y guardados en un cajón, como cosa resuelta. En estos tiempos y en las reuniones en nuestro colectivo es donde nos llamamos a despertar, lo hacemos en lo íntimo, de una manera profunda y con otras mujeres, preguntándonos sobre la libertad y la importancia de la integridad.
Desde un lugar con más conciencia de nuestro bagaje, estamos intentando derribar muchos roles que el patriarcado ha emplazado, por eso nuestro papel dentro de estos escenarios es cada vez más inquisitivo y con estas nuevas preguntas, que nos hacemos entre todas, van surgiendo algunas respuestas a todo eso que estaba oculto.
23 de junio
Los colectivos se reencuentran después de la iniciativa del 3 de junio. Escuchemos sus reflexiones e intercambios:
Ser libres junto a las otras
Por Tatiana C., Colectivo Evelyn Reed
Nuestro colectivo Evelyn Reed se ha reencontrado con la alegría de haber compartido días antes un encuentro virtual organizado por el CAF. Del rico y profundo contenido de dicho encuentro –del que destacamos su numerosa concurrencia–, nos han quedado algunos temas dando vueltas. En esta oportunidad, reflexionamos sobre la libertad: cómo vivirla, qué puede ser, cuál es nuestra experiencia...
La libertad empieza por la del propio pensamiento pero se expande y construye junto con la de otras mujeres. Pero además, ¿qué contenido tiene esa libertad? ¿Qué libertad queremos defender? Creemos que no es la mera libertad individualista, sino la de ser mejor persona orientada al bien común, en relación con los otros, muy estrechamente relacionado con facultades como la sentimentalidad y la imaginación. Esto nos permite idear un mundo diferente junto a las otras mujeres y los varones más disponibles, superando la resignación, y orientado por valores de solidaridad independiente de cualquier poder opresivo. Finalmente, nos planteamos la necesidad de verificar el ideal de libertad en nuestra vida, en nuestro mundo interno y en nuestra vida cotidiana. Y esperamos que los varones que apoyan la liberación de las mujeres estén dispuestos a aprender de nosotras en este camino hacia una humanidad libre.
Seguir conociéndonos
Por Noemí, Colectivo de Chacarita
En nuestra ultima reunión de colectivo, participaron dos mujeres nuevas que con franqueza plantearon preguntas y reflexiones que les despertó la entrevista a Ana G. Me gustaría destacar dos: ¿qué pensamos sobre la prostitución? ¿Cuáles son las ideas fundacionales del CAF?
En cuanto a la prostitución, discutimos que no podemos pensarla como trabajo porque es violencia hacia las mujeres, niños y niñas, remarcando que produce una escisión separando el cuerpo de las sensaciones, de las emociones, de los sentimientos, del pensamiento. El patriarcado y su nuevo rostro, en la dirección del movimiento de mujeres (Ni Una Menos), nos quieren vender la prostitución como un “trabajo”, como “libertad”. ¿Libertad de vender el cuerpo como si fuera una cosa? Aceptar la prostitución es validar el hecho de que un cuerpo puede ser tomado para el disfrute unilateral de otro. En definitiva, es un problema profundamente ético, como lo es la esclavitud. María agregó que la prostitución nos afecta a todas, si una mujer vende su cuerpo, cualquier mujer puede ser comprada. En relación con las ideas fundacionales del CAF, Silvina explicó que están inspiradas en el humanismo, partimos de lo que es humano, de las capacidades de nuestra especie. No hay un dogma impuesto, nos basamos en ideas que nos orientan, como que la libertad de las mujeres es la libertad de todos, la independencia de pensamiento y la solidaridad entre mujeres.
Yo expresé el bien que significa reunirme con otras mujeres y reflexionar sobre el género femenino y sus capacidades, sobre la libertad de las mujeres y la solidaridad, que en nuestro colectivo tuvieron expresiones concretas pero que a la vez nos proponen un desafío para seguir profundizando. En el CAF, hay distintos grados de participación, debate de ideas, reflexión y acción, pero defender la prostitución como trabajo y el racismo son inaceptables.
Seguir expandiéndonos
Por Camila, Colectivo San Miguel
El viernes pasado nos reunimos como lo hacemos semanalmente. Esta vez, se sumaron dos chicas nuevas, a quienes les contamos las ideas que tenemos en el CAF. Comenzamos intercambiando nuestras apreciaciones sobre la actividad del 3 de junio, debatimos mucho y nos conocimos. Las dos compañeras que mencioné anteriormente, expresaron sentirse cómodas, y eso se notó cuando nos contaron sus experiencias personales, dieron su punto de vista en algunas cuestiones, y en otras dijeron no tener una postura ya que eran temáticas que no se habían planteado hasta entonces. En lo personal, siento que la última reunión nos enriqueció a todas de alguna forma u otra.
21 de mayo
Seguimos compartiendo algunas ideas presentes en los colectivos de mujeres del CAF, que en esta ocasión se relacionaron con temas distintos. Por un lado, el colectivo de jóvenes (CABA) reflexionó sobre el género femenino como género primero de la humanidad –así nos propone pensar el humanismo socialista que inspira nuestro feminismo– contrastando con la visión engañosa y reaccionaria de la pseudoteoría queer que niega la existencia de las mujeres y, por ende, la de toda la humanidad. Por otro lado, en el colectivo Evelyn Reed, la intención fue profundizar sobre la necesaria y posible independencia de nuestro compromiso feminista, más aún hoy frente a la avanzada institucionalista del gobierno peronista de Alberto Fernandez. Esto significa, para nosotras, ser independientes en el pensamiento y la acción, sin tutelas estatales, religiosas, sindicales, y masculinas. Por último, el colectivo del barrio de Chacharita se “encontró” para charlar sobre la película Where do we go now? (¿Y ahora dónde vamos?) de la directora libanesa Nadine Labaki que, entre otras cosas, invita a pensar sobre cómo la solidaridad entre mujeres, cuando es fuerte y sostenida, puede abrir paso a la pacificación y repercute en el bienestar de una comunidad en su conjunto.